Mohíno...

Nadie es feliz, o al menos no completamente. Eso es lo que yo opino, y lo que yo opino, va a misa, aunque hoy en día en misa no esté ni el tato.
En los últimos días estoy viviendo en carnes ajenas los efectos de una depresión. Es decir, mi mejor amigo durante este año, mi compañero de desdichas y alegrías no está. Está, pero no. No es él. "X" es (era) un chico divertido, gracioso, un poco despiste, y despierto. "X-1" es un fantasma en carne y hueso, con ojeras, apagado y mohíno ( me encanta esta palabra).
Se que no lo leerá por eso escribo sobre él.
El causante en cuestión no importa. Algo por lo que te comes la cabeza. Vas al psicólogo- psiquiatra, te da unas pastis y ya está.
Pues no! Ahí no está!. Por supuesto que no me gusta que se coma la cabeza y yo no lo sepa. Pero ahora no es una persona, y si que lo sé.
Y que puedo hacer... estar ahí!... aunque me mande a tomar viento (por culo)
Pero la cuestión es que él no está. Solo su masa corporal ( que no me atrae mucho). Entonces, ¿donde me coloco, como me coloco, que estrategia utilizo?
Esto me recuerda la enfermedad de mi abuelo, como poco a poco fue perdiendo la cabeza, y como mi padre tenía que ver al suyo en esa situación. Pero claro, uno no escarmienta en carnes ajenas.

Lo más sorprendente es como situaciones de este calibre, hacen que nuestro sistema inmunológico reaccione. Es decir, parece como si la dama de la guadaña le hubiese cedido espacio a su prima la "depre". Ahora es esta la que parece que en todos los rincones de mi casa y las esquinas de las calles esté esperándome.
Sorprendentemente mi ser está luchando contra ello. Pero vivo la lucha muy de cerca. Momentos de euforia (mas o menos) controlada, momentos de bajón (por ahora) controlados.

Los buenos momentos, la ilusión, la esperanza VS Errores del pasado, la apatía y el miedo...

Albertini, vuelve tío... fuerte tío...